Zimmerman. 30 discos. Un mito.
Bob Dylan emprendía, en 2.012, su última aventura discográfico: Tempest. No era fácil esperar algo excelente de ese álbum siguiendo la decreciente carrera del norteamericano. Pero llegó Tempest, llegó Duquesne Whistle, llegó la última gran oda a Lennon.
Compaginando como siempre el virtuosismo del blues, el escenario del folk y la intrahistoria del country, Dylan introduce en 10 pistas (una de ellas, Tempest, con una duración de 13:54) una obra oscura, musicalmente feroz y sin grandes hazañas literarias.
Bajo la banda que últimamente acompaña al artista, se sumerge en el estudio para dar vida al último disco hasta la fecha. Personalmente, destacaría en algunos temas la presencia del bajo –inseparable ya- de Tony Garnier.
Os dejo el videoclip del tema Duquesne Whistle: toda una pequeña obra (de arte)