Bloom (Billy Pilgrim Band)

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Tras unos días de parón, regreso con un grupo que uno guarda con cariño. Quizá el género menos dulce pero más visceral dentro del rock sea el rock-folk. Un prototipo de mezquino apático con gafas de sol que expresa en su música lo menos agradable haciendo, de ello, toda una fiesta.

En la época de los 90, entre 1.991 y el 2.001, Kristian Bush y Andrew Hira le dan al aire de Atlanta un respiro. Solo diez años y tres discos. Envueltos todavía por el emblemático personaje creado por Kurt Vonnegut en Matedero Cinco crean “Billy Pilgrim Band“.

El primer disco, titulado de manera homónima al nuevo nombre de la banda, les dió la fama, el empuje y el dinero para llevar a cabo, lo que hasta día de hoy, es su gran obra: “Bloom” (1.994). Este disco, más trabajado que el anterior, con menos prisa y más mimo, les llevó de lista en lista por los grandes festivales siendo, incluso, cabeza de cartel en algunos de ellos.

No es mucha la información que circula por la red sobre Billy Pilgrim Band pero, al menos, sus dos primeros trabajos están registrados en plataformas como spotify donde podéis escucharlos. Por mi parte os dejo el link del que quizá sea su tema más conocido “Sweet Louisiana sound” del que el grupo cántabro Deltonos -dedicado al blog de Raúl -La guitarra de las musas- realizó una cover (más bien adaptación).

Espero que los disfrutéis tanto como yo.

Grace (Jeff Buckley)

Sin título¿Qué tienen en común Bob Dylan, Jimmy Page, Paul McCartney y Robert Plant? Al margen de lo obvio, también les une son admiradores del californiano Jeff Buckley y eso, de por sí, ya es un argumento de peso para escucharlo.

Grace, editado en 1.994, es el primer y último disco de Jeff Buckley. Parece mentira entonces, que tan solo 10 pistas (de las cuales 7 son composiciones propias) sean suficientes para que el mundo de la música no lo haya olvidado.

Su voz, su talento para componer, su versión del Hallelujah de Leonard Cohen (considerada la mejor cover de este tema) , su manera de luchar contra la industria y, porque no, su muerte, son el escenario perfecto para que este joven sea un misterio con talento, lo miremos por donde lo miremos.

Un disco completo. Un disco que merece que le dediquemos 40 minutos de nuestra vida y no decepcionará. Seguro. ¿Quién soy yo para llevar la contraria, a estas alturas, a Dylan? ¡Aha!