Abbey Road no es solo una cara bonita. Ni una portada para la posteridad. Abbey Road es el último álbum de estudio, producido por el quinto Beatle (George Martin).
Todo lo que rodea a los Beatles tiene una repercusión mundial. Es evidente que, todo lo que rodea a Abbey Road mantenga esa exigencia, cuasi dramática, de esforzarse por obtener el detalle, la impresión, la imagen y la anécdota.
Pero Abbey Road es un álbum maduro. Algunos consideran la cumbre de los cuatro magníficos. Un LP donde George Martin propone a Paul McCartney que deje volar su imaginación instrumental y se despoje de estereotipos. Lennon compone temas aguerridos y con cuidadas letras, conforman la base de este disco como Come Together, por ejemplo. Ringo complementa la obra componiendo Octopus´s Garden, una suerte de balada folk. Y George (“¡ay! George” que diría la Sra. Mildred –humor viejuno-) saca a la luz dos de sus temas más rentables mientras formó parte de los Beatles: Here comes the sun y Something.
Una genialidad de George Martin pone el sello a un disco que, digan lo que digan, también es una cara bonita.